0

Fórmula Waiting

BE: A ver, encárgate de cagarla hasta el fondo durante la calificación. Necesito que esto sea el centro de atención mundial.
CW: Estamos trabajando en ellooooooou.
BE: Y no te olvides de contratar a las lumis para la cena de hoy. Para un fin de semana que estoy sin Fabiana quiero disfrutar de un buen espectáculo erótico-festivo.

Lo ocurrido esta mañana en Melbourne puede calificarse, una vez más, de esperpento surrealista con fuertes dosis de mariconismo. Y digo lo de una vez más porque no ha sido la primera vez ni tampoco será la última que ocurra, en especial si siguen tipos como Charlie Whiting, más conocido como Charlie Waiting, al frente del apartado reglamentario de la competición. La habitual tardanza de la FIA a la hora de tomar decisiones ha vuelto a salir a escena.

Si echamos la vista atrás, hasta el año 2009 por poner una referencia cercana en tiempo, y nos fijamos en los GPs en los que la lluvia se ha dejado ver, sobre todo en sesiones oficiales de sábado o en las carreras, es raro el fin de semana en el que los hidrofóbicos de la FIA decidiesen no sacar un Safety Car para que las "señoritas" (dicho sin ánimo de ofender a mis lectoras) que se ponen al volante de los F1 no sufran un accidente por el simple hecho de que el asfalto esté mojado, o directamente sacar la bandera roja y parar la carrera. Y parar la carrera implica un largo período de espera que Charlie Whiting debe emplear para meterse mierda de elevada calidad en su organismo o reservar el mejor restaurante, con servicios erótico-festivos, para su cena de sábado.

La espera ha vuelto a escena por culpa de la lluvia durante la calificación del GP de Australia y sólo hemos podido disfrutar de la Q1, dejando la Q2 y Q3 para el domingo a las 11 hora australiana. Hubo que esperar 20 minutos para que se iniciase la Q1 por culpa de la lluvia, a los que sumar los más de 40 minutos de espera tras la Q1 para que se tomase una decisión. Ya véis que la velocidad y la seriedad características de la casa no se han perdido en ningún momento.

Si hay una cosa clara es que la lluvia y la F1 no son compatibles, como hemos podido presenciar por enésima vez. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso los Pirelli de lluvia extrema no garantizan la seguridad para los pilotos? ¿Sólo pueden usarse bajo régimen de Safety Car? Años atrás no había tantos problemas con carreras en lluvia, véase por ejemplo España 1996 bajo un bonito diluvio en Montmeló. Es de suponer que si ahora Whiting y compañía ven esas imágenes se estarían preguntando porqué no se detuvo la carrera.

Pero en este caso particular la lluvia no es el mayor de los problemas, sino los horarios del GP y aquí hay que mirar al octogenario que últimamente se dedica a dar pases de paddock para perros. Así es, Bernie Ecclestone y sus deseos de ser el hombre más rico del camposanto, si es que un día decide palmarla, hacen que los horarios de varias carreras asiáticas, incluida Australia, sean para que los europeos no madruguemos demasiado los domingos y las audencias sean más altas. Bueno, vale, podría valer, pero personalemente prefiero que las carreras sean a las dos de la tarde hora local y estar a las tres de la mañana viendo la carrera, como hacía años atrás. El principal problema del horario de tarde es la situación meteorológica. Como llueva lo justo, la visibilidad se reduce hasta llegar al punto de no poder correr. Recordáis Malasia 2009, ¿no? Pues en la FIA parece que no y así pasa lo que pasa.

¿Soluciones? Que se vayan Bernie, Whiting y compañía a su puta casa. Por desgracia, estos tipos son igualitos a los políticos españoles y a Domenicali: en su vocabulario no existe el término dimisión. Ya podían aprenderlo todos los mencionados en este último párrafo. Lo sé, no ocurrirá y habrá que joderse.

Nadie ha comentado, ¡sé el primero!

Publicar un comentario